CRUELDAD E INJUNSTICIA

Padres sin corazón o simplemente sin razón, es el apelativo que me voy a el gusto de dar a todas aquellas personas que algún día abandonaron a un hijo sólo por puro egoísmo u egocentrismo. Padres sin corazón que se deshacen de un niño como si fuese un libro viejo, como si fuese de todo menos un ser humano, una criatura que en ese mismo instante está indefenso, y se aprovechan de ese momento en los que se creen que el hijo no siente nada para dejarlos a cargos de personas que por desgracia se tienen que dedicar a cuidarlos.
La escusa suele ser bien mala o casi siempre la misma; no tengo para poder alimentarlo, era demasiado joven, no estaba prepara,… en fin, una serie de frases habituales en estos casos. Si uno es capaz de llegar a concebir un hijo o de quedarse embarazada en el caso de las mujeres, también debe de ser capaz de tener la responsabilidad de ser padres. Pero lo que pasa es que de cuando responsabilidades se trata mucha gente no es capaz de afrontarlo, llegando hacer daño a personas que no tiene la culpa de haber nacido, personas que han nacido gracias a la decisión de de otras que son capaces de llegar abandonarlos cuando más lo necesitan.
Todas esas personas deberían de pensar bien lo que hacen antes de llevarlo a cabo y de no estaría mal que se preocupasen más de las personas que tienen a su lado antes que de sí mismo; pues eso en mi tierra se le llama EGOISMO PURO.